¡Hola, amiga del arco iris! Ya sé que te estarás preguntando, ¿Pero qué hace una novata de costura con un blog de costura? ¡Pues a lo mejor te puedo sorprender (e intentaré hacerlo en cada entrada)!
En esta ocasión, no voy a presentarte esa primera blusa ni ese primer patalón, no. Si pensabas que el blog iba a ser tan aburrido, lamento decepcionarte...De vez en cuando haré lo posible por ir enseñándote otras cosas.
Esta vez te voy a hablar (y mostrar) algunas cosas del rechi. Seguramente, no lo conocerás por ese nombre, pero si te digo richelieu quizás ya sepas de qué hablo...
En la isla canaria de La Palma (de donde soy yo), hasta hace pocos años, no había mujer que no supiera bordar. Yo sé bordar richelieu desde pequeña, mi madre, mis abuelas, bisabuelas, etc., también lo bordaban. Las chicas, desde muy jovencitas bordaban un extenso ajuar: sábanas, manteles, colchas, pañuelos, posa vasos, etc., vamos, como se hacía en muchos lugares de España. Ya en la época de mi madre, se empezó a perder esa tradición, de echo, ella no hizo su ajuar, porque no le veía sentido a pasarse horas y horas bordando cosas que no iba a utilizar a corto plazo, ni sabría si las utilizaría..., por lo que mi abuela la solía regañar. ¡Creo que he heredado de mi madre el sentido práctico de las cosas, jajaja!
Normalmente el rechi se borda sobre tela blanca o beige, aunque también se ven otros colores, como por ejemplo flores de pascua con tejido de color rojo. Queda precioso, con sus festones, presillas, presillas en el aire, motivos en relieve, puntos de relleno, formando motivos florales, hojas o incluso iniciales.
No te sigo aburriendo con tanta palabrería, amiga, paso a mostrarte las fotos que seguro que te gustarán más... Lo siguiente es una preciosa toalla que nos hizo mi suegra (a mi marido y a mi) con uno de los bordados más utilizados en la isla, con calado y puntilla. ¡Me encanta! Es una pena que las fotografías no le haga justicia. Ya me darás tu opinión...
Y como te he estado hablando del rechi, pues te muestro un paño redondo para mesa que bordé hace unos años:
Y lo siguiente, en nuestro viaje del arco iris, unas finísimas sábanas con bordado y puntilla que nos hizo y regaló mi suegra. ¡Un tesoro!
Por ahora, fín del trayecto, amiga. En otra ocasión, te enseñaré más cositas, ya que esto es una pequeña muestra...¡Aún tengo cosas interesantes!
¡Hasta otra, y un beso!